Dominguito al sol
Acaba de pasar a visitarme Esteban que después de la desgracia habida en su casa a vuelto a vivir en Madrid. Me quedo pensando que cuando cierre el estudio ( sí, primicia, cierro, el paso al digital de los aficionados está arruinándonos) voy a perder el contacto con todos esos y esas que han formado parte de mi vida en algún momento y que me visitan regularmente en mi trabajo.
Le he dicho que se pase a menudo por delante de la tienda porque me encanta verle andar con ese porte y cadencia con que lo hace. Dice que estoy grillá. :-D
Ayer con motivo del 75 aniversario de la República hubo una celebración en el barrio. El colectivo republicano de Vallecas ofreció una superpaella y allí nos juntamos mucha gente a pasar el día al solecito, charlando y bebiendo cerveza a tutiplén.
Yo la paella ni la probé. Sólo con el olor que emanaba de ella me hacía un idea de cómo podía saber...de mal.
Fue un día maravilloso que se alargó hasta la cena. Primero fuimos a ver la puesta de sol al mirador de la calle Javier de Miguel. El domingo pasado tocó en el parque de las tetas,que es como llamamos los vallecanos a ese parque por sus particular morfología.
En Vallecas gozamos de estos dos miradores que se asoman sobre Madrid y proporcionan unas vistas magníficas. Las puestas de sol de otoño son todo un espéctaculo y mucha gente se sienta tranquilamente en la hierba (en ambos miradores hay un parque) a disfrutar. Absolutamente recomendable.
Acabado el show, que es gratis y se repite a diario, nos fuimos a cenar a A Gui , el chino de al lado de casa.
Estábamos realmente hambrientos y nos supo todo a gloria bendita.
El sábado también habíamos comido allí. Pedimos juo guo que es una especie de fondue china. Te ponen en el centro de la mesa un hornillo con una cazuela . En ella hay una caldo hecho con costillas de cerdo, shiitakes, bambú, pato, jengibre y un toque de salsa de soja.
En un plato sirven cangrejos, langostinos, láminas de pescado, tofu y algunas veces raviolis chinos.
En otro plato un montón enorme de verdura fresca -dependiendo de la temporada una u otra, nos tocaron espinacas- y un buen puñado de vermicelli de arroz.
Se trata de ir poniendo los ingredientes en el caldo borboteante y una vez cocidos se sacan al cuenco que cada comensal dispone , se mezclan con un poco de una salsa suave hecha a base cacahuetes y se va comiendo.
Al final queda el caldo reducido , se pone la pasta a cocer y se come como sopa, y está deliciosa.
Estoy muy mal de tiempo para decicarle al blog asi que tal vez lo actualice menos. Será hasta que pasen las comuniones.
Besos